El discapacitado se encuentra con que, generalmente, carece de la
capacitación laboral. La experiencia laboral del discapacitado queda reducida,
o bien a los centros ocupacionales o centros especiales de trabajo, en donde lo
laboral se encuentra lo más cercano a una terapia de ocupación del tiempo que a
un valor de trabajo profesional.
También hay que observar que las barreras, físicas, arquitectónicas o
sensoriales así como la falta de adaptación de los medios de trabajo a las
peculiaridades del discapacitado se constituyen, indirectamente, en un
importante factor, para que el empresario piense en un hipotético perjuicio
económico al contratar a una persona discapacitado.